Necesidades relacionales

Coincidiendo con la realización de un taller formativo con Richard Erskine organizado por la AETG y previsto para el próximo mes de septiembre 2020, me gustaría compartir unas aportaciones de este autor. 

Desde el campo social, así como desde la Gestalt, nos ocupamos del proceso de satisfacción de las necesidades que, como sabemos, es harto complejo y, a menudo, sufre muchas interferencias. En tanto que seres humanos, el establecimiento de relaciones es una necesidad primordial. 

Erskine y Trautmann (1996) afirman que no sólo la relación es una necesidad por sí misma, sino que todos tenemos una serie de necesidades relacionales específicas — exclusivas del contacto interpersonal — que debemos tener en cuenta y atender. 

Estas necesidades “no son las necesidades vitales básicas — tales como la alimentación, el aire o la temperatura adecuada — sino los elementos esenciales que mejoran la calidad de vida y el sentido del self-en-relación. Estas necesidades relacionales son los elementos constitutivos de un deseo humano universal de relación íntima”. (Erskine y Trautmann, 1996: 10)

Destacan como principales:

1.  Seguridad: Se refiere a la experiencia visceral de tener nuestras vulnerabilidades físicas y emocionales protegidas. La seguridad es la sensación de sentirse vulnerable y en armonía con el otro simultáneamente. Incluye la ausencia de peligro o de transgresión tanto actual como anticipada. 

2.  Validación, confirmación e importancia dentro de una relación: la necesidad de tener a otra persona que valide la importancia y la función de los procesos intrapsíquicos de afecto, fantasía y atribución de significado y de que reconozca que nuestras emociones son una comunicación intrapsíquica e interpersonal relevante. Esto incluye la necesidad de tener todas nuestras necesidades relacionales confirmadas y aceptadas como algo natural. 

3.  Aceptación de otra persona estable, confiable y protectora: la necesidad de admirar y confiar en los padres, personas mayores, maestros y mentores. La necesidad relacional de aceptación por parte de otra persona consistente, responsable y confiable es la búsqueda de protección y orientación, y puede manifestarse como una idealización del otro. 

4.  Confirmación de la experiencia personal: la necesidad de tener confirmada la experiencia se manifiesta a través del deseo de estar en presencia de alguien que es similar, que nos comprende porque ha tenido una experiencia parecida, y cuya experiencia compartida es confirmante. 

5.  Autodefinición: la necesidad relacional de conocer y expresar la propia singularidad y de recibir reconocimiento y aceptación del otro. La autodefinición es la comunicación de la identidad auto-elegida de uno mismo a través de la expresión de las preferencias, los intereses y las ideas sin humillación ni rechazo. 

Las personas a menudo compiten para definirse a sí mismas como distintas de las demás con el fin de mantener un sentido de su propia integridad. A mayor parecido entre las personas, mayor será el impulso para competir por la autodefinición. 

6.   La necesidad de causar un impacto en la otra persona: se refiere a tener una influencia que afecte al otro de alguna manera deseada. La sensación de competencia de un individuo en una relación surge de la capacidad de actuar y de la eficacia —atrayendo la atención y el interés del otro-, influyendo en lo que puede ser de interés para la otra persona, y repercutiendo en un cambio de afecto o de conducta. 

7.   La necesidad de que el otro tome la iniciativa. Iniciativa entendida como el ímpetu por hacer contacto interpersonal con otra persona. Se trata de llegar de algún modo al otro para que reconozca y valide la importancia de uno en la relación. 

8.  La necesidad de expresar amor: el amor se expresa a menudo a través de un discreto aprecio, agradecimiento, muestra de afecto por la otra persona.  La importancia de la necesidad relacional de dar amor —ya se trate de hijos a padres, hermanos o maestros, o del cliente al terapeuta — a menudo se subestima en la práctica de intervención. Cuando se bloquea la expresión del amor, la expresión del self-en-relación se frustra. Con demasiada frecuencia, los profesionales han tratado la expresión del afecto de los clientes como manipulación, transferencia o vulneración del límite terapéutico neutral. 

A mi modo de ver, la riqueza de esta clasificación es que muestra un abanico de elementos incluidos en las necesidades relacionales. Aporta luz a distintos aspectos que es importante que tengamos en cuenta para que una relación íntima se desarrolle en plenitud. No necesitamos sólo ser validados y reconocidos, sino también tener espacios de autodefinición y expresión de nuestro afecto, por ejemplo.

La dinámica de funcionamiento de estas necesidades relacionales va a ser la misma que la del resto de necesidades humanas. Siguiendo el ciclo gestáltico, cuando estas necesidades relacionales emergen como figura y son atendidas adecuadamente, dejan de pulsar y regresan al fondo de nuestra consciencia, dando lugar a que otra necesidad se convierta en figura (en forma de interés o deseo) y se inicie un nuevo ciclo. Del mismo modo, si las necesidades emergentes no se cubren, se manifestarán con mayor intensidad y de forma más acuciante. Si siguen sin ser tenidas en cuenta a lo largo del tiempo, pedirán paso a través de malestar emocional, creencias limitantes y/o sintomatología, entre otros.

La satisfacción de estas necesidades relacionales va a requerir la presencia “con pleno contacto de otra persona que sea sensible, esté en sintonía con esas necesidades y que además proporcione una respuesta recíproca a cada necesidad”. (Erskine y Trautmann, 1996:10).  

Para más información:

Erskine, R. G. (1996). Métodos de una psicoterapia integrativa. Transactional Analysis Journal,  (26-4) pp. 316-328. Obtenido de https://www.institutobios.es/pdf/Metodos-de-PI.pdf  [Recuperado el 19.05.19]

 Erskine, R.G., Moursund, J.P. y Trautmann, R.L (2017). Más allá de la empatía. Una terapia de contacto-en-la-relación. (2ª ed.) Bilbao: Desclée de Brower 

Anna Hugas i Biosca